"¡Ah! Un día, cuando la música haya entrado profundamente en el corazón del hombre y sea una con él, será posible sin duda, (…) bailar danzas sin acompañamiento de sonoridades. El cuerpo se bastará a si mismo para expresar las alegrías y los dolores de la humanidad, ya no necesitará de instrumentos que le dicten los ritmos, por que todos los ritmos estarán (…) en él"